BREVE HISTORIA DEL MONACATO CRISTIANO[1]
Inicio de la Vida Consagrada
Jesús llama a algunos a seguirlo para que estén con Él (Mc 3,13-15).Se forman así dos tipos de discipulado: unos viven su conversión al Reino en el ambiente familiar y laboral, y otros dejan todo para seguirlo. Éstos tienen dos tareas principales:
· Estar con Jesús, estableciendo una relación particular con Él, participando de su modo de vida, de su manera de ser.
· Anunciar la Buena Noticia, el Reino de Dios. Hacer lo que Jesús hace, con su mismo poder.
Jesús elige a los Doce para vivir con Él y actuar como Él, en su Nombre.
En los primeros siglos
El ideal supremo del cristiano consiste en ser en todo como Cristo, que es el modelo supremo especialmente en entregar la vida. De esto surge la altísima consideración del martirio.
Aparecen en este tiempo hombres y mujeres que renuncian a casarse para imitar de modo concreto la vida de Cristo: viven en oración, en castidad, en soledad o agrupados, al servicio de los pobres y de la comunidad, o dedicados a evangelizar. La virginidad es estimada y promovida desde los orígenes.
Hay dos maneras de expresar el seguimiento del Señor:
1. El grupo de vírgenes y ascetas (o continentes), itinerantes o al servicio de la comunidad local.
2. El grupo de los cristianos comunes, generalmente casados, que viven su fidelidad a Cristo con una vida sobria centrada en la ley del amor fraterno.
Las vírgenes y los ascetas eran considerados como modelos de vida cristiana.
San Ignacio de Antioquía escribe: “quienes son castos a gloria de la carne del Señor… no se vanaglorien ante los demás cristianos, y no se consideren superiores al obispo”. Deja entrever así las distintas formas de vivir la vida cristiana y pone en guardia ante la posible confrontación de una jerarquía doble:
v La ministerial: obispos, presbíteros, diáconos. Que hacen lo que Cristo hacía (Dirigen las comunidades, presiden la Eucaristía).
v La carismática: cuya autoridad se obtiene entre los cristianos por ser en todo como Cristo.
Según San Pablo la continencia (enkrateia) por el Reino es un don particular de la gracia, reservado a algunos. No sólo es positivo, sino que es “lo mejor”. En este contexto de aprecio por la virginidad aparece el encratismo, con dos formas:
ü Una herética que afirma que el matrimonio es un mal,
ü Y otra ortodoxa, que afirma la bondad del matrimonio porque viene de Dios, y al mismo tiempo, exalta el valor de la virginidad en relación a Cristo virgen.
Algunos autores consideran que la virginidad antes de ser valor cristiano es fruto del dualismo platónico introducido por San Pablo, que a su vez fue considerado por San Agustín para proponer el ideal de la abstinencia sexual, más aún después de leer la vida de Antonio.
¿Qué relación existe entre las dos formas de vida de ese tiempo?
La conexión entre los dos tipos de seguimiento (la renuncia radical o la transformación del mundo) se interpreta como la relación que existe entre lo bueno y lo mejor, entre seguir a Cristo y seguirlo expeditior (con mayor diligencia). El ideal de la fuga mundi propio de las primeras generaciones cristianas ha sobrevivido dentro de los monasterios y en la experiencia de los eremitas.
Los Padres de la Iglesia
En el siglo IV mantienen una postura común firme: exaltan la virginidad y valoran el matrimonio. En Occidente se puede mencionar a Ambrosio, Jerónimo y Agustín. En Oriente, Gregorio Nacianceno dirá: “quien elige la virginidad no tiene miedo de alabar el matrimonio. La virginidad no sería tan grande, si no fuera mejor que buena”.
El ideal ascético se irá difundiendo entre los clérigos, pues algunos ascetas viri singulares (célibes) son ordenados sacerdotes. También se impone progresivamente la imagen del obispo-monje, (como Basilio de Cesarea), viri apostolicus,porque vive como los Apóstoles al servicio del Reino, con radicalidad evangélica y sabiduría.
El Monacato
A fines del siglo III la distinción entre las dos formas de vida cristiana tiende a una separación material: el que quiere vivir la radicalidad cristiana se retira al desierto de Egipto, Palestina o Siria. El mundo pagano se percibe como hostil lleno de peligros para el cristiano. Pero el monacato en sus inicios no es una simple huida del mundo, sino una renuncia a él para realizar de modo más vital el amor de Dios.
En un segundo momento, terminadas las persecuciones, afirmado el cristianismo, crece el deseo de reaccionar contra la mediocridad de una vida cristiana susceptible de mundanizarse. Los monjes rechazan el compromiso con el poder.
El monacato es un fenómeno universal presente en otras religiones. Existe un homo monasticus que quiere concentrarse en lo Absoluto, haciendo una opción por el ascetismo y la renuncia. El monacato cristiano comparte la base antropológica de las otras formas de monacato pero con la motivación en Cristo, imagen de Dios invisible, al que se busca imitar para alcanzar a Dios.
El monacato ya estaba extendido en la India, entre hinduistas y budistas, entre los que se encuentran ermitas (ashrama) y monasterios (ashram) cerca de los santuarios. En el mundo helenista existían grupos con un tipo de vida monástico, como los pitagóricos(cuyo programa ascético era vivir en armonía con las leyes cósmicas) y los neo-platónicos (para quienes la separación de los dos mundos exige una huida radical, el sacrificio de lo visible para gozar de la contemplación de las realidades invisibles). Entre los judíos estaban los esenios, en Qumram, quienes buscaban la sabiduría escondida al resto de los hombres y que quería revelarse a ellos; este conocimiento superior es inseparable de la vida en comunidad y de la observancia de sus reglas. También estaban los terapeutas, mencionados por Filón, en el lago Mareólis.
En el Islam, existen hermandades de sufís.Y los shiitas influyeron en la formación de una especie de monasterios.
El monacato como fenómeno de masas empezó en Egipto, con Orígenes, uno de sus precursores, admirador de Cristo y estudioso de las Escrituras, quien rescató la dimensión ascética, de combate espiritual de la vida cristiana y la necesidad de huir del mundo en un sentido espiritual.
§ El primer grupo de monjes eran hombres sencillos, que sólo se alimentaban de la Escritura.
§ Más tarde vendrá el monacato docto, de los Padres Capadocios, de Evagrio Póntico, del Pseudo Dionisio, de Máximo el Confesor.
El monacato causó gran admiración. Pero no todos huían del mundo sino muchos escapaban del fisco opresor o del servicio militar.
A menudo los monjes se metían de lleno en las disputas teológicas. Y fue el Concilio de Calcedonia (451) que puso al monacato bajo la autoridad de los obispos.
Entre Oriente y Occidente
En Oriente el monacato fue y sigue siendo una guía y una fuente de energía espiritual para el pueblo de Dios. El monacato se desarrolló en diversas formas:
v Eremitas: monjes que viven solos en lugares desérticos. Verdaderos discípulos de Pablo y de Antonio, retirados para alcanzar la perfección y luchar contra los demonios.
v Lauras semi-eremíticas: La primera fue fundada en Farán, en el desierto de Judá, por el abad Caritón, en el 323-330. El nombre de “laura”, con el tiempo, se transformó en un título honorífico para grandes monasterios, como la Laura de Kiev, de San Sergio.
v Cenobitas:que viven una perfecta koinonía, que implica: la unidad del espacio, la unidad de una gran familia; la uniformidad; la vida ordenada según una regla; la vida “ordinaria” (como hombres corrientes, cristianos “normales”).
v Estilitas:Monjes que permanecen en una columna (stylos). El verdadero iniciador, según Teodoreto, sería Simeón el Anciano (fallecido en el 459). Pero el más famoso sería Simeón el Joven, que vivió en el Monte Admirable, en Antioquía. Usaban la columna para escapar de la gente; pero también porque eleva el espíritu hacia el cielo, para dedicarse a la contemplación de la Santa Trinidad. Sin embargo, no eran tan solitarios, pues desde allí predicaban y celebraban la liturgia.
v Dendritas: Pasaban la vida en los grandes árboles (dendron), o dentro de sus troncos. Juan Mosco habla de un tal Adolas, en un platanero, que desde una ventana hablaba a sus visitantes.
v Xenetia, xenia, strannitchestvo (xenia: extranjero). Ascetas que vivían siempre en países extranjeros de los que no conocían la lengua; algunos no tenían morada fija y vivían como peregrinos. Por ejemplo: Elías el Joven, Melecio el Joven, Cristódulo (siglo XI, fundador del Monasterio de Patmos).
v Idiorítmicos: Un Monasterio idiorítmico está dividido en varias familias; el superior de cada una de ellas dirige a sus hijos. Todos comparten la liturgia y la comida, al menos tres veces al año, pero en lo demás siguen su propio ritmo.
v Reclusos:Son los hesicastas por excelencia que vive en un espacio limitado. En Siria, estaba Eusebio de Teledan. Teodoreto cuenta la vida de Pedro el Gálata, Marciano, Afraates.
Entre los protagonistas aparece San Antonio, maestro de los eremitas; San Pacomio, promotor de la vida comunitaria y San Basilio que proyecta el monacato al servicio directo de la Iglesia. Tiene gran importancia la difusión, en el siglo IV, la vida de San Antonio, escrita por Atanasio.
Para Atanasio, Antonio representa dos contantes del monacato:
ü Tomar al pie de la letra las palabras del Señor y sacar sus consecuencias: “Ve, vende todo lo que tienes, dáselo a los pobres, luego, ven y sígueme”.
ü La eliminación de toda interferencia en la escucha atenta de la Palabra, para convertirse en Palabra de Dios viviente y en hombre pneumatikós , lleno del Espíritu Santo.
La vida de Antonio fue traducida al latín y generó entusiasmo por la vida ascética.
En Occidente el monacato llega más tarde y se impone sobre todo en la forma cenobítica.
· San Martín (397), monje- obispo de Tours, pone el monacato al servicio de la evangelización en las zonas rurales de Francia.
· San Agustín (430), promotor de la vida común del clero; parte de la caridad que facilita la práctica de la pobreza y la formación. Tendrá influencia en le reforma gregoriana.
· San Benito (550), el camino de Dios se lleva a cabo por medio de la obediencia a la Regla y al Abad. El apoyo político convertirá al monacato benedictino en el paradigma monástico occidental.
· San Columbrano (615) promueve un monacato centrado en la austeridad; el ideal es la peregrinatio, dejar la patria; es un monacato misionero.
· Juan Casiano (435), puente entre Oriente y Occidente, gracias a sus síntesis se conocerá el monacato oriental.
En Oriente el monacato se mantendrá como la única forma de vida consagrada. En Occidente, el monacato dominará hasta el siglo XII, durante el cual comienzan a surgir las órdenes mendicantes, hasta llegar a los institutos seculares y las nuevas formas de vida actuales.
[1] Según Pier Giordano Cabra (2005), Tú ¡sígueme! Curso breve de vida consagrada. Publicaciones Claretianas. Madrid. También con aportes de Tomás Spidlik, M. Tenace y R. Camus, El monacato en el oriente cristiano. Monte Carmelo. Burgos
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