22 de abril de 2016

23- Amma Teodora dijo a una monja: “Quiero que sepas, hija mía, que si una monja trabase amistad con laicos y también con monjes, perdería aquella unión de cordialidad que la ata a Dios y acabaría bajo el poder de los demonios. La monja se llama monja porque va sola al encuentro con Dios, ama solamente a Dios”.
24- Una vez una monja fue donde estaba Amma Teodora y le pidió que opinara sobre la hesiquia. Y ella, con lágrimas, suspiró: “¡Oh hermana mía! ¡Me preguntas sobre la vida de los ángeles! Vivir en la hesiquia significa pasar la existencia en la celda teniendo siempre el corazón roto y el temor de Dios, preservando el alma del odio y de la vanidad. Genera las virtudes y como un escudo protege de las zarpas de los enemigos”. Después continuó diciendo: “¡Oh hesiquia y silencio, origen de la aflicción! ¡Oh hesiquia y silencio fuente del sufrimiento! ¡Oh hesiquia y silencio, espejo de los pecados! ¡Oh hesiquia y silencio, libertad de las lágrimas y del llanto! ¡Oh hesiquia y silencio, fuentes de la humildad! ¡Oh hesiquia y silencio, luces del alma! ¡Oh hesiquia y silencio, padres de la mansedumbre! ¡Oh hisiquia y silencio, interlocutores de los ángeles! ¡Oh hesiquia y silencio, introducción en la paz! ¡Oh hesiquia y silencio, guía para el discernimiento! ¡Oh hesiquia y silencio, espectadores de los pensamientos y asistentes de la razón! ¡Oh hesiquia y silencio, principio del ayuno, brida de la lengua, freno del vientre! ¡Oh hesiquia y silencio, fundamento de la oración, de la sagrada lectura, escondite de los pensamientos serenos! ¡Oh hesiquia y silencio, dulce juego, pruebas incesantes y cuidado incansable del continuo diálogo con Cristo: éstos ponen, día y noche, la muerte ante nuestros ojos! ¡Oh hesiquia y silencio, que día y noche esperan a Cristo y protegen nuestra inextinguible esperanza! Amando al Señor, cantarle siempre: ¡Mi corazón está preparado, Dios mío, mi corazón está ya preparado! ¡Oh hesiquia y silencio, sicarios de la lujuria que hacen llorar, y no reír, a todos aquellos que buscan el placer! ¡Oh hesiquia y silencio, enemigos de toda vergüenza y de toda prepotencia! ¡Oh hesiquia y silencio, huéspedes con Cristo! ¡Oh hesiquia y silencio, brida de las pasiones! ¡Oh hesiquia y silencio, lugar divino, árbol de la vida con los frutos del bien! Y ahora, amada hermana, ¿ves qué grandes y maravillosas son las obras de la sincera hesiquia y del sincero silencio?” La monja, emocionada, se arrodilló delante de Teodora y respondió:” Veo y me maravillo de la sabiduría que te ha sido dada por Dios y la fuerza de tus palabras. Mi alma ahora mira el camino recto hacia Dios, tú me la has salvado”. Teodora dijo:” ¡Bien, amada hermana! Si quieres salvar tu alma debes adquirir estas tres virtudes y, conociendo la generosidad de Dios, Nuestro Salvador, que fue crucificado por nosotros, creo que te salvarás. Peros sin estas virtudes la obra de la salvación no será nada fácil. Sería como si alguno con la oración intentase parar el sol, sería difícil aunque hayamos pronunciado los votos monásticos”
25- Amma Teodora decía: “Mientras el alma ama su cuerpo no puede amar a Dios, porque el Señor decía: Quien habrá hallado su vida, la perderá y quien la habrá perdido por causa mía la recobrará”.
26- Una monja preguntó a Amma Teodora: “No sé qué debo hacer, señora mía, mi lengua me hace desesperar, ya que no consigo frenarla cuando me encuentro entre la gente”. Teodora respondió: “Si no estás preparada para frenar tu lengua, busca la soledad y, habiendo escogido la hesiquia, conserva tu mente en el temor de Dios. ¡Alaba al Señor en el silencio! Solamente haciéndolo así podrás frenar la lengua y también las pasiones; y de esta forma, por gracia de Dios, te salvarás”.
27- Y decía: “Un monje debe ayunar con dureza, salmodiar con inteligencia, orar con el pensamiento limpio, suplicar a Dios con temor. El monje no debe nacer nunca nada que sea de este mundo, sino comprometerse únicamente en las cosas espirituales. Antes que nada debe callar continuamente. ¡Este es el monje!
28- Amma Teodora dijo: “Quien pierde oro o plata, lo puede encontrar otra vez, pero quien pierde el tiempo en la búsqueda de las cosas vanas de este mundo no lo encontrará nunca más. En la hora de la muerte serán muchos los remordimientos, su tiempo malogrado con los demonios”.
29- Y dijo: “Satanás es como un tejedor, construye su tela con los hilos que tú le traes”. Decía esto a propósito de las tentaciones. Y continuó: “Si olvidamos pensar en las cosas del mundo, el diablos nos daña, pero con un poco menos de virulencia”.  
30- Amma Teodora dijo una vez: “Si por Dios has renunciado a las cosas de la carne, ¿por qué continúas sintiéndote turbada por ellas? Verdad que no entiendes a la palabra de Señor, que dice: Quien ama al padre y a la madre más que a mí no es digno de mí. Para aquel que es indigno de Cristo, su destino será el infierno junto con los diablos. ¡Ojo con ese hombre!”.
Continuará en próxima publicación.

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